jueves, 11 de junio de 2009

Bagua


Vender chullos... hasta chistoso suena después de escuchar al Presidente de la Reupública hablar de ciudadanos que no son de primera clase. La falta de medicación y el exceso de soberbia pueden ser ingredientes demasiado explosivos y dejar a la luz el verdadero espíritu de un hombre sin alma.

No puedo justificar bajo ninguna circunstancia, desde mi punto de vista occidentalizado, formado en un una universidad del tercer mundo globalizado, el asesinato y tortura de hombres caídos, a quienes ya se ha desarmado. El mundo occidentalizado y globalizado ha creado los derechos humanos (no los ha descubierto o reconocido). Como un tema de pacto social, a fin de poder vivir en sociedad, evitando así el estado de naturaleza, nos hemos puesto de acuerdo en respetar ciertos derechos que consideramos fundamentales.

Sin embargo, esos derechos que para nosotros son fundamentales no son incuestionables ni absolutos si los observamos desde el punto de vista del otro. Me explico, para los aguarunas, si matan a un miembro del grupo, lo justo es matar a un miembro del otro grupo. Si matan a tu hermano, debes matar al hermano del asesino. El hermano del asesino, obviamente, puede que ni siquiera supiese un carajo del primer muerto y, por ese motivo, nosotros jamás pensaríamos en ensañarnos con nadie más que con el homicida original. Pero no deja de tener lógica su concepto de justicia y de equidad. ¿Quiénes somos nosotros para imponerles un nuevo orden filosófico, religioso, cosmogónico o como quiera llamársele? ¿Debemos entonces permitir que hagan lo que les venga en gana? ¿Que torturen y asesinen y cometan todo tipo de aberraciones amparados en la diversidad cultural?

La respuesta que creo tener, obviamente, no puede ser simple. El Perú es un país muy complejo. La diversidad cultural en el Perú es jodidísima, más que en cualquier otro país del que hasta ahora haya podido tener yo noticia. Lo que debemos hacer, primero, es sincerarnos. El presidente García parece que lo ha estado empezando a hacer. En el fondo, el cree que aún estamos en la colonia. Que los pueblos nativos (no indígenas, porque indígenas viene de indios y porque indios son los de la India y porque eso de llamarles indios a los americanos viene de una patinada de Colón y porque continuar refiriéndose a los nativos americanos como indios o indígenas no hace más que desarraigarlos del territorio que en un principio les pertenecía), los aguarunas y demás pueblos originarios no occidentalizados, son colonias de Lima.

La voluntad de Lima, los intereses de los limeños, el concepto de felicidad y de progreso de los limeños debe expandirse por todo el territorio del Perú. Podemos hacer un mapa del Perú en el que se señale y distribuya las mejores actividades económicas a realizar a fin de sacarle el mejor provecho a nuestro territorio ("El Perú es un mendigo sentado en un banco de oro"), con estudios de impacto ambiental que nos permitan tener un desarrollo sostenible. Si todo el Perú tuviese los mismos intereses que Lima, podríamos ser tal vez potencia sudamericana. Pero no es así.

Algunos, muy sinceros, pensarán y dirán que esos chunchos, como son ignorantes, no saben lo que pueden producir las tierras que ocupan, que esas tierras, al final de cuentas le pertenecen a todos los peruanos y no tienen ellos el derecho de anteponer los intereses de pocos ante los intereses de la mayoría. ¿Esas tierras que ocupan se las dió el Estado peruano? ¿No las ocupaban antes de que existiese incluso el Estado peruano? ¿El vierreinato? ¿El Tawantinsuyo? Si nos vamos a sincerar del todo, comportémonos como los colonizadores (o invasores) que queremos ser. Usemos la fuerza. Que sepan quién manda acá, carajo.

Otros, donde me incluyo, piensan que el artículo 6 del Convenio OIT es de lo más pertinente. Ya dejamos atrás los tiempos coloniales. Si un pueblo (occidentalizado) quiere intervenir en otro pueblo (no occidentalizado), si no queremos muertos de ambos bandos, debemos dialogar y reconocer que la última palabra sobre los territorios que ocupan la tienen aquellos que llegaron primero.

Finalmente, el derecho reconoce la diversidad cultural, que dentro de las comunidades nativas se aplique su propio sistema jurídico. Su propio ordenamiento, que le llaman. Esto mayormente está previsto para costumbres como el servinacuy u otras que son medianamente inofensivas. Asesinar a un policía ya no es tan inofensivo. El problema radica en que ha entrado en un territorio donde las leyes son diferentes. Seguramente, nada le habría pasado si hubiese permanecido fuera de él. No lo puedo justificar, mi cabeza está formada en Lima. Aún así, entiendo la lógica.

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