viernes, 31 de octubre de 2008

Rock para intelectuales

"Es miércoles y hoy toca publicar una nueva entrada". Así empecé hace dos días el texto que recién hoy termino. No hablaré de Lucianita, aunque últimamente haya hecho todos los méritos. Hoy hablaré de un tema que me gusta mucho y ese es la música.

Siempre escuché música. Todos lo hemos hecho. Escuchaba la música que oía mi vieja, la que oían mis hermanos... a mi viejo no le interesaba mucho la música. Así, fui formando un gusto y una repelencia hacia ciertos géneros, músicos, bandas, etc. Hoy escucho un montón de huevadas diferentes. Algunas cosas realmente me vacilan, otras me divierten, otras me parecen ingeniosas, otras me parecen una chambaza que merece todo mi respeto, otras me relajan... en fin, cada cual tiene un valor agregado que me jala a escuchar y a interesarme. Sin embargo, prefiero las que entran dentro del primer grupo. Las que me vacilan de verdad.

Me vacilan muchas bandas punks, The Clash, Ramones, Dead Kennedys, La polla records, 3 al hilo, etc. Todos sabemos que no hay que ser un gran músico para hacer lo que ellos hacen. Pero tienen algo que se conecta con uno. En estas fechas, voy sacando mis cuentas a ver quién me interesa más y por qué entradas éstoy dispuesto a pagar mayores sumas, Jesus and Mary Chain, que en verdad me vacila, o REM q aparece como una oportunidad difícil de repetir. Incluso no estaría mal ir a ver a los Fabulosos Cadillacs.

Hay muchas motivaciones que me parecen totalmente legítimas para seguir tal o cual banda. Hay otras que, a mi parecer, no lo son tanto.

De un tiempo acá, apareció una moda que, si no me equivoco, provenía de las entrañas del mundo del arte plástico limeño. Un poco explorando en el kitsch, salió su referente nacional chicha. Empezamos a ver publicidad defendiendo los derechos de las empleadas del hogar en afiches que se confundían con aquellos que promocionaban conciertos de Agua Marina. Se empezó a utilizar el recurso nacional, en su sentido más tropical, para hacer arte. Por ahí andaba una egresada de plásticas de la PUCP
combinando técnicas de serigrafía con moda y cultura pop urbano marginal. Así llegamos a un spot de Telefónica donde se buscaba el paradero de un grupo llamado La Rica Miel.

Apareció entonces Tongo, quien empezó una relación simbiótica con Jaime Baily, rating por acá, contratos para shows por allá. Fue entonces cuando en Eisha se sintieron tan blancos que no había ningún riesgo en traerse a Tongo para hacer un poco de chacota. De pronto, haberse subido al escenario cantar con Tongo era una gracia que daba status.

Luego, una banda instrumental de reggae y similares, nos trajo del oriente peruano la música que no les nace. Bareto, cuyos arreglos y calidad interpretativa no desmerezco para nada (aparte que tienen una primera que suena bien chévere, no sé que pastillas usa), nos trajo a Juaneco. Ahora veo a Juaneco hasta en la sopa. Todos aman a Juaneco. Y a Los Mirlos. Y a los Destellos. Y a Chacalón. Pero en los ochenta, cuando esa era música de cholos, no nos gustaba.

No me gusta la chicha, no me nace un gusto por la música tropical en general. Últimamente me he congraciado con la cumbia tipo El embrujo y tal, un poco como agradecimiento de que acabaron con esa moda infame del reggaetón.

Escuchar algo por obligación, porque es peruano, porque está de moda, porque da status, no me parece una manera inteligente de abandonarse a un gusto. Hoy es viernes 31. Hoy, nos querrán poner en la disyuntiva entre celebrar Halloween o el Día de la canción criolla. Personalmente, me vacila la música criolla. Pero si a alguien no le gusta, eso no lo descalifica como peruano (o en todo caso como limeño). El gusto por la música, para no extenderme a otras manifestaciones artísticas, es algo tremendamente personal. Te vacila, no te vacila o te da igual.

Pero igual, aún tengo mis favoritos peruanísimos, algunos de ellos no necesariamente copia del rock anglo, como El Polen, una banda que resucita cuando le da la gana, con una nostalgia andina que evoca a Vallejo y un poder que puede musicalizar tanto el espítitu de Arguedas como el del limeño Scorza. Música de cholos.

Ahora, ponte tu disfraz de Químper-Rata, Rómulo-Rata o Luciana-Rata y vete a pedir caramelos nomás sin sentirte culpable.

...And justice for all

Y, por el retraso, me sanciono publicando 2 entradas.

No procedió el hábeas corpus de Magaly. Nakasaki quiere ser como la negra maga que te saca conejos de donde no te imaginas. No tengo la menor idea de cómo formuló su escrito. Como sea, hoy leía en La Primera una nota pequeñita en la parte de abajo de una de las páginas pares (donde los que sacan publicidad en diarios saben que sale más barata). Era sobre Roque Gonzáles. ¿No sabes quién es Roque Gonzáles? No importa, igual yo tampoco recuerdo si es Gonzáles o González. Pero te cuento.

Hace ya varios meses, detuvieron en la frontera con Ecuador a un grupo de peruanos que retornaban de unas conferencias convocadas por los bolivarianos. La causa de su detención fue medio kafkiana, o sea, por la huevas. Con el tiempo fueron saliendo las mujeres. Se hizo una campaña mediática (hasta donde humildemente se pudo) para sacar a una sanmarquina que afortunadamente ya quedó en el olvido. Y salió. Hasta conferencia de prensa dio.

Sin embargo, había uno que seguía detenido. En realidad, preso. Roque González, un loquito que había sido condenado por pertenecer al MRTA y que, ya cumplida su pena, había salido a vivir la vida como cualquier mortal. Pero lo encontraron con las manos en la masa. ¡Ajá, conque reuniéndote con socialistas! Y, listo, El Comercio saca una página entera con un árbol de ramificaciones de la Coordinadora Continental Bolivariana, donde llegan a asociarla con el MRTA, Patria Roja, Pintura Roja y Néctar. El papel aguanta todo. Un trabajo de investigación donde sus fuentes eran el policía que lo detuvo y el huevón que escribió el atestado. Más o menos, así la historia.

Se sospechaba de un complot para boicotear las cumbres de este año. ¿Basados en qué? Ni idea. Por andar viendo videos de Raul Reyes en la Casa de la Cultura de Quito, quizás. O sea, ni para que digan que era una reunión clandestina. La cosa es que Roque González es un cholo terrucón. A ese "indio" (me duelen los dedos cuando escribo esa palabra) hay que fondearlo. Al gordito Quimper, sí hay que respetar sus derechos, no lo podemos tener detenido más tiempo del que la ley permite. ¿Por qué? Eso ya lo dije en mi primera entrada.

Así que, yo calculo que en un país democrático como el nuestro, donde se respeta el estado de derecho, donde todos somos iguales ante la ley, sin considerar la velocidad del viento, con gravedad consante, en un espacio al vacío... Roque González sale antes que Magaly.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Blog killed the TV star

Me he impuesto a mí mismo la disciplina de escribir por lo menos una entrada semanal. De lo que sea, no importa. Empecé el miércoles 8 de octubre aprovechando que fue feriado y no tenía ni mierda que hacer, así que máximo cada miércoles debe haber una entrada nueva.

Hasta no hace mucho, no había llegado a reparar en la importancia de los blogs. Ahora, me doy cuenta de que mucha de la información que uno obtiene de la internet proviene de ellos. De hecho, mucha de la información que uno obtiene en general proviene de la internet. De allí la importancia de los blogs.

Permíteme ahora dar un salto a un tema que después, espero, engrane mejor con la idea que subyace a esta entrada. Quiero saber si recuerdas cuando el gobierno de Chávez embargó a RCTV. No fue hace tanto. Recuerda que todos los periodistas hicieron causa común contra la prepotencia y la censura, entre otras cosas. Siempre me quedó un sabor medio extraño. No me quedaba claro qué era lo que defendían. Supuestamente era la libertad de expresión. Es decir, para nuestra prensa, el cierre de RCTV era un atentado contra la libertad de expresión y prensa. Yo me preguntaba contra la libertad de expresión y prensa de quién. No era la mía. Sería tal vez la de Federico Salazar, Rosa María Palacios o Magaly Medina. Tampoco me convencía. Más bien creo que se referían a las de los Miro Quesada, Delgado Parker, Ivcher... Porque en los medios se dice sólo lo que ellos quieren (o no les molesta) que se diga.

Se trata del límite de la libertad de expresión y de prensa que establece la economía de mercado. Si no me gusta lo que dice mi periodista (o cualquiera que habla ante mis cámaras), simplemente lo despido. Tiene toda la libertad de trabajar en cualquier otro medio que quiera contratarlo. Claro que, con sus antecedentes, puede terminar aspirando únicamente a diarios de circulación local. En Frecuencia Latina, América, Panamericana, El Comercio... la libertad de expresión de sus periodistas alcanza hasta el límite donde choca con los intereses de sus dueños. Afortunadamente para muchos, sus límites, o se aproximan mucho a los de sus dueños sin intersecarse o son menos amplios que los de éstos. A eso le llamo suerte. Así nunca sentirá el periodista que lo están coartando o que lo están forzando a decir o a dejar de decir algo contra su voluntad. Pero en el momento en que los intereses del dueño del medio se ven afectados por lo que dice su periodista, se acabó. Good bye, kid. Preguntémosle si no a Hildebrandt.

Por eso celebro la llegada de los blogs. Si bien aún no alcanza la difusión que muchos creemos que tiene o, en todo caso, desearíamos que tuviera, está democratizando un poco esto de la libertad de expresión. Antes, si uno no contaba con acceso a los medios de comunicación masiva, las opciones se reducían a pararse en medio de una plaza a hablar todo lo que se nos viniera del forro. Los blogs te dan la opción de expresarte y de tener un alcance masivo. Puede leerte un montón de gente que ni siquiera conoces. Casi como los diarios. Casi como la tele. Sólo hay que tener acceso a internet y un poco de tiempo libre para escribir. Cosas que tampoco podemos decir que abundan, pero que al menos logran ampliar un poco el espectro de los titulares de este derecho a la libertad de expresión.

No sé si logré redondear la idea, da igual. No importa. Total, mañana puedo volver a escribir y corregir y escribir y corregir...

miércoles, 15 de octubre de 2008

Magaly y mi pequeño aporte a la cortina de humo

Dado el éxito abrumador de mi primera entrada, me animo ahora a escribir la segunda.
Como muchos, hoy llegué a la chamba y el comentario era "viste lo de Magaly?". Sí, dije que me parecía muy bien y tal. Luego, me instalé en mi lugar y empecé nuevamente con la rutina. Pero obviamente ahí no iba a terminar. Llegó alguien más y lo mismo. Escuchaba las voces en el ambiente de al lado comentando la noticia. "No estoy de acuerdo...", "Voy a salir a protestar...", "Yo también creo que es una cortina de humo para tapar lo de Rómulo... Rómulo... Romulo....". Bueno, hay gente a la q no le hace falta las cortinas de humo para dejar de prestar atención.

¿Mi opinión sobre Magaly? Me parece justo. Me parece totalmente razonable la decisión de la jueza. La cosa es así: si hubiese sido la primera vez, te la paso, pero ya vienes varias veces con lo mismo, te damos prisión condicional y vuelves a meterte en problemas, o sea, las sanciones que te aplicamos no sirven para nada, no aprendes. Bueno, te pondremos una temporada en Santa Mónica a ver si así escarmientas. Algo parecido al pirañón que te roba el celular. La primera vez pueden darle pena condicional, pero el error está en pensar que puede seguir haciéndolo y pasar impune siempre. Así no corregimos a nadie ¿no? Lo mismo con Magaly.

¿Cortina de humo? Hoy algo me llamó la atención. Veía el programa de la mañana, la parte de los chismes con la Queca. Leía algunos periódicos y en uno de ellos estaba la declaración de Mónica Adaro, la famosa prostivedette. Entre las cosas que decía, una me pareció tremendamente oportuna. Decía algo así como que ahora Magaly sabrá lo que se siente ser utilizada como cortina de humo. Por supuesto, el caso de las prostivedettes fue, durante el gobierno fujimorista, una cortina de humo tan grande que ahora ya ni recuerdo que era lo q tapaba (tarea para la casa). En todo caso, en esos tiempos los Winter vivían felices comiendo chocolatitos Olé olé.

Pero las cortinas de humo no dependen tanto de una jueza o de un futbolista o de un músico al que le ponen los cachitos... las cortinas de humo las hace la prensa. Los medios que se prestan a ella. Los medios no pueden acusar a la jueza de fabricar una cortina de humo. Si la selección le hubiese ganado a Paraguay, no podríamos acusarlos tampoco de crear una (por cierto, hoy en El Bocón la cortina era para tapar el trabajo infame de Chemo). Los medios son responsables de equilibrar la información que consideren debe ser brindada, la importancia y el tiempo que le dedicarán.

De repente no soy objetivo, nunca me gustó el programa de Magaly. No le encuentro sentido. Ciertamente, en todos los países existen programas similares. Así nos enteramos de los chismes de Madonna y Britney Spears. Tampoco les encuentro el sentido. Hay una confusión cuando se habla de personajes públicos. Han venido a meter almismo saco a políticos, artistas, futbolistas, modelos, peinadores, etc. ¿Quién ha dicho que una persona por aparecer en un medio de comunicación se convierte en personaje público? El actor aparece en el cine o la televisión porque en eso consiste su chamba. El músico suena en la radio por lo mismo. El futbolista juega en un estadio abierto al público porque de ahí vienen sus ingresos. ¿Qué nos interesa si le sacan la vuelta a su mujer, fuman hierba o cambian de sexo? Una cosa diferente es el político. El que ocupa un cargo público ciertamente tiene que rendir cuentas a la población de su conducta. Pero inculso ahí existen límites. Sobre el tema hay un artículo del constitucionalista Francisco Eguiguren en la revista Diálogo con la Jurisprudencia N° 81. Échate a buscar.

De cualquier forma, el chisme siempre cala en la gente. Cada quien está atento a lo que le interesa. Algunos querrán saber con quién anda Gisela Valcárcel, otros sobre el hijo no reconocido de Luis Miguel, hay quienes se saben toda la vida de Morrissey, otros están pendientes de la rehabilitación de Charly García, etc. Esto, obviamente, no deja de ser sólo un comentario aparte, pues Magaly no ha sido condenada por chismosa, sino por difamadora.

Bueno, pues, en cualquier caso, esta señora que todos los días en su programa se dedicaba a juzgar a la gente y decidir quién es bueno y quién es malo, se ha visto del otro lado del estrado y le han dicho: no eres buena. Espero que esto le sirva de lección, que para la próxima al menos sea más responsable antes de divulgar una información y no verse luego en la penosa necesidad de echarle la culpa a su equipo periodístico.

Creo que su soberbia le jugó una mala pasada; alucinándose un poco César Hildebrandt, que rompía sus citaciones judiciales ante cámaras, creyó poder pasar por encima del Poder Judicial, ampararse en el derecho a la libertad de prensa para salir impune de cualquier acusación. Lo triste es que la ignorancia puede traerle muchos problemas a los que se quieren pasar de avispas.

En efecto, causa temor en los periodistas que una pena como la impuesta a Magaly pueda sentar precedente y disuadirlos de difundir alguna información de la que no estén 100% seguros. Sin embargo, creo que no es ninguna novedad que un trabajador debe realizar su labor responsablemente (como la publicidad que decía que el error de un médico puede costar una vida o el de un abogado la libertad de su cliente, etc). Nadie puede ir por ahí alegremente diciendo cualquier cosa que le informaron sus "urracos" con el sombrerito de "sin confirmar" como si eso fuera un pasaporte a la impunidad.

Como sea, podría seguir, pero no le veo mayor interés al tema. Fuera lo que fuera, la próxima vez, espero poder escribir sobre algún tema más agradable. De repente vuelva a incluir a Lucianita.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Power to the People

Esta es la primera entrada que escribo. Hubiese querido empezar con algo más relacionado con el nombre de este blog. Venía pensando en el medio pasaje universitario. A pesar de que ya no tengo carnet, todavía me indigna ver cómo los cobradores de las combis se limpian el culo con él. Te muestran el sticker pegado en su luna que dice pasaje universitario S/.1.50 y abajito D.L. N° 651, como si esa norma les diera derecho a poner el precio que les da la gana. El D.L. N° 651 les da un margen de libertad a los transportistas para fijar sus tarifas a fin de seguir los mandamientos de la libre competencia. Ley de la oferta y la demanda que le llaman. Entonces, según este criterio, lo cago al cobrador y no me subo en su carro y en su lugar me subo en uno que va a otro distrito, pero que cobra más barato (¡!).

Cuando uno está en la universidad tiene que soportar muchas cosas. Recuerdo que para las elecciones de este último Congreso, se presentaron en la PUCP (que es la universidad de donde salí), los "candidatos jóvenes al parlamento". Estaban Galarreta, Luciana León y un par más que no recuerdo. De Galareta me acuerdo por obvias razones y de Lucianita, también. Y es de ésta última de quien quiero hablar a propósito de su viejo que ahora está en una situación realmente difícil de imaginar. Pero no queda otra que imaginarla nomás porque el maricón está desaparecido.

Lucianita, ese día, frente a universitarios más o menos de su misma edad, nos soltaba un rollo de la importancia de que los jóvenes estuviéramos representados en el Congreso. Hablaba de que los jóvenes habíamos sido marginados de la política y de las decisiones que competen al país. En ese momento pensaba en su viejo, no como mi probable suegro, sino en el sentido de compararlo con el mío. Y pensaba en mí. Y pensaba en otros tantos como yo, quienes no hemos sido excluídos de la política por ser jóvenes. Fuimos excluídos porque nuestro viejo no era Rómulo León Alegría. Mi viejo no es joven y también lo excluyen. ¿Qué mierda tiene que ver entonces ser joven o viejo? Acá lo que importa es la argolla. Rómulo, no sé a que se dedica, pero es pata de Quimper, es pata de Del Castillo ¿Necesitas unos lotes? Yo te los consigo, cuñau. El domingo hay parrillada en mi casa. Me saludas a Romulito.

Hoy se llevaban a Quimper a la Fiscalía. Llevaba una casaca cubriéndole las manos. "No me vas a poner marrocas, chochera" le habrá dicho al tombo. El tombo lo habrá mirado con cara de tombo. No con cara de Oficial de la Policía Nacional del Perú, sino con cara de tombo. "No soy Canebo" podría haber continuado diciendo "No me vas a llevar como un criminal". El tombo se habrá convencido de que ese señor con tanta plata, con un cargo público, con disposición para adjudicar a quien le da la gana la propiedad del pueblo, no puede ser tratado como un delincuente. Es blanco, puta mare, es blanco (metafóricamente digo, como la blancura de Condoleeza Rice). "Ok, Doctor" le habrá contestado el tombo, porque a los señorones hay que tratarlos de Doctor para arriba, a menos que sepas que es ingeniero, "sólo le cubriremos las manos para que la prensa no hable". Quimper se salió con la suya. ¿Cómo, si no, hubiese podido después rascarse la nariz y reafirmar ante la cholería televidente que "a mi no me van a llevar enmarrocado como a un cholito cualquiera"?

A Lucianita se le ha visto compungida, los ojos le brillaban cuando hablaba de su viejo. Qué vergüenza. Imagino que sentirá vergüenza ¿no? Digo, porque a algunos les llena de orgullo tener a sus viejos metidos en toda la argolla. Conseguir una licitación porque tienen un pariente ministro; agarrar una buena chamba porque su viejo fue al colegio con tal congresista; tener un montón de plata y pagarse lujos exclusivos que no pueden pagar los que no tienen argolla; excluir a los excluidos; pagar con la plata que elegantemente robaron al pueblo ese lujoso restaurant - hotel - discoteca - o lo que fuera, al que no puede entrar el cholo que no tiene contrato de trabajo pero igual le descuentan renta de quinta... si no ¿dé donde mierda van a echar mano los dueños del país?